Pasa que a veces el corazón te dice… Un intento más…
Así fue como después
de verte la última vez, me decidí a luchar por ti, solo una vez más…
Él viernes que
nos vimos, nuevamente por azares del destino, platicamos, dijiste que no eras
feliz, que ella no es lo que pensabas y me contaste todo lo que ella hacía que
te desilusionaba cada día más, y me agarré de ahí y te dije lo que yo veía, y
te dolió y me dolió a mi más. Verte llorar por cómo te sientes, por ver que no
eres feliz, por miedo a no atreverte a dejarla, por sentir culpa por quererla
dejar… No sé a quién le duele más ésta situación, si a ti o a mí, porque veo
que al final todo mi dolor y mis sacrificios, no han valido la pena, y me lleno
de frustración y coraje, pero también de esperanza.
Él sábado por
lo consiguiente volvimos a vernos en la casa de Agustín y Luz, y me abrazaste
como nunca, vi tanto amor reflejado en tus ojos que por un momento sentí que el
tiempo nunca había pasado entre nosotros dos y lo confieso, me sentí feliz…
luego me robaste un beso y otro y otro y otro (los últimos 3 ya no fueron
robados) y pude sentir de nuevo esas mariposas en mi estómago y me pregunté una
vez mas ¿Por qué nos haces esto?
El domingo ya
no había pretexto, y ambos queríamos volver a vernos, así que me decidí y te pedí
tomarnos una cerveza juntos, propusiste que en casa de Agustín y de Luz (creo
que se ha vuelto el lugar indicado) y fue hermoso y confuso… me dijiste que me
amabas y después de varias cervezas dije que te robaría y te jugamos esa broma
que te sacó de tu zona de confort, sin embargo, me pediste que creyera en ti solo
una vez más, que todo era un proceso y no podías dejarla así como así y me
prometiste dejarla… Y te juro por mi vida que desde el domingo he tratado de
agarrarme a esa promesa, algo en el fondo me dice que lo harás, pero por otro
lado siento que no te atreverás hacerlo, sin embargo, quiero creerte, necesito
creer una vez más en ti; No he tenido el valor para preguntarlo nuevamente las
veces que hemos hablado por teléfono, ya no tengo esas cervezas encima y me da
terror que me digas que siempre no.
Agustín dice
que las cosas van mal con ella, que no te da más de un mes para decidirte a
dejarla, que estás llegando a tu límite, pero a mí esto se me hace eterno,
siento que nunca te atreverás a dejarla porque ya lo hiciste una vez conmigo y
no quieres cometer el mismo error… Solo le pido a Dios que escuche mis
suplicas, porque tanto tu como yo sabemos que serías más feliz acá… te amo, te
estoy esperando.